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domingo, 29 de marzo de 2009

La Senda del Poeta

Este fin de semana he recorrido la Senda del Poeta en un afán de contactar con la naturaleza y rendir tributo a la figura de Miguel Hernández (en realidad lo he hecho por los tres créditos de libre elección que otorgaban). Los entresijos y los atajos que he tomado para finalizarla con éxito este recorrido me los guardaré. En ocasiones un futuro periodista debe saber contar, pero también callar, así que con que lo sepan los compañeros de viaje que he tenido es más que suficiente.
Lo que sí diré es que si el año que viene puedo repetiré la experiencia viviéndola más intensamente. Uno no se caracteriza por ser un entusiasta de la naturaleza ni el deporte, en realidad soy un urbanita más bien sedentario -aunque tengo el firme propósito de hacer ejercicio algún día y quitarme la tripa-, pero lo bueno que tenemos los yonkis en potencia es que nos enganchamos hasta a las canicas. Así que una vez que pruebo algo lo exprimo al máximo.
Lo primero que puedo apuntar de la experiencia es que es precioso y emotivo el ser parte de una marea de gente que camina desde Orihuela hasta Alicante sólo por la satisfacción de andar (bueno, y de los tres créditos). Otra de las cosas que me han llamado la atención es lo sumamente aislados que estamos los unos de los otros. En principio, una ruta que se emprende por más de dos mil personas debería ser una fiesta en la que las botas de vino y los trozos de chorizo y jamón se comparten. Una fiesta en las que unos hablan con otros e intercambian pènsamientos y opiniones. Pero no. Estamos demasiado acostumbrados a ignorarnos como para cambiar por una caminata. El segundo día, despues de que unas quinientas personas hubieran recogido el bocadillo, al recogerlo yo le dí las gracias a quien repartía. Se sorprendió y me comentó que era el primero que le daba las gracias. Id atando cabos.
Otra de las cosas que he percibido en este viaje es que el caminar te ayuda a meditar y a pensar sobre ti mismo y sobre los demás (por fuerza, porque nadie habla con nadie). Es un ejercicio que aconsejo a todos y una experiencia que os animo a que viváis el año próximo, que además coincide con el año hernandiano y promete ser una cita sana y enriquecedora ya que le permite a uno conocer algo más sobre la figura de este gran poeta, así como de nuestra historia más reciente. Además puede uno poner en práctica sus dotes comunicativas con el prójimo, algo que nunca viene mal.
Para terminar diré, que por muy romántico que parezca, el campo no huele a jazmines y azahares pero sí que se percibe con los sentidos, sobre todo con el olfato.
Por cierto durante el camino escuché con mi emepetrés a un grupo alicantino que se llama Ánima Versa y del que hablaré la próxima semana.
¡Birras para todas!

2 comentarios:

Amor Alonso Bonmatí dijo...

Quiero respuestas, jajaja. ¿Qué te pareció la música que te pasé para la senda? A mí Anima Versa me encanta jaja, bueno, soy su amiga ya sabes.
Cuéntame cuanto antes que te pareció, ok?
Me alegro que lo pasases bien, yo no podría andar entre tanta gente, mi ritmo es más rápido :P
MATTA NE!!!!!!!!

Derans dijo...

Lo de andar entre tanta gente al final se lleva. Está muy bien com oexperiencia y más si llevas buena música como lo que me pasaste.

Mettallica for ever!!!!

Un saludo y gracias por el comment.

Una Birra con...